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¿De qué hablamos cuando decimos exceso de retorno?

En los vehículos de combustible diesel modernos que utilizan sistema de alta presión, uno de los componentes que más se averían son los inyectores. Habitualmente cuando un inyector sufre una avería lo hace de manera individual pero no es extraño, dependiendo del problema que haya provocado la avería, que se origine un fallo progresivo o común en varios inyectores del vehículo. En aquellos casos en los que el sistema de inyección sea Common Rail es mucho más probable que al fallar uno se averíen los demás inyectores y aunque siempre es posible tratar de repararlos o reemplazarlos uno a uno, en este caso, y en los que la avería es por desgaste natural de los elementos, es muy recomendable sustituirlos todos a la vez para mantener el motor protegido y equilibrado. Generalmente una avería en los inyectores del automóvil se detecta mediante un descenso considerable en la potencia del motor, cuya velocidad máxima queda bastante limitada pese a sufrir un aumento notable en el consumo habitual de combustible. En el caso de los inyectores presenten desgaste u obstrucción, notaremos que nuestro vehículo da tirones durante la marcha, puede llegar a pararse o desprender olores que podríamos asociar al combustible sin quemar. Sin embargo, si el origen de la avería en los inyectores tiene que ver con que alguno de los elementos del sistema se ha quedado permanentemente abierto, percibiremos fácilmente la expulsión de humo negro a través del tubo de escape y encontraremos las bujías mojadas.

Cuando sospechemos que pueden estar fallando los inyectores de nuestro vehículo es recomendable acudir a un laboratorio de inyección diésel donde tengan equipos de diagnóstico y que puedan realizar la prueba de retorno de Inyectores que consiste en la comprobación del caudal y presión.

Una manera casera preliminar que un particular podría realizar para diagnosticar el funcionamiento de los inyectores de forma sencilla y económica, consistirá en colocar 4 vasitos de plástico (uno por inyector) y situar los conductos o tubos salientes de los inyectores dentro de los mismos. Una vez hemos puesto los vasos, arrancaremos el coche a ralentí y nos fijaremos en el comportamiento de los inyectores, pues el defectuoso será aquel que llene más rápidamente el vaso de combustible (exceso de retorno). Si notan un desequilibrio deberán proceder a enviarlos a un centro especializado en inyección diesel para realizar un trabajo preciso de reacondicionamiento.
No es recomendable forzar el coche si nos encontramos en alguna de estas situaciones; lo ideal es trasladar el vehículo al taller o servicio oficial más cercano mediante una grúa para evitar que el problema pueda ir a mayores. Esto es especialmente importante si sospechamos que uno o varios inyectores se han quedado abiertos, pues pueden causar daños serios al catalizador (si nuestro vehículo lo lleva) y en los cilindros, engrosando de manera notable el coste de la reparación.

¿A qué síntomas prestar atención?

  • El motor se detiene o está en ralentí.
  • Vibraciones innecesarias del motor. 
  • El motor falla: Perdida de potencia, se limita la velocidad.
  • La luz del motor en el tablero está encendida.
  • Fuga de combustible.
  • Humo por escape
  • Olor a combustible sin quemar
  • Aumento notable de consumo de combustible
  • Tironeos, cascabeleo, inestabilidad.
  • Inyección ruidosa con golpeteos, 

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